Un día en ALaire
Cada día es diferente; lxs niñxs han de elegir qué hacer, con quién, cómo, cuándo…
Comenzamos el día encontrándonos en el círculo o asamblea, centro fundamental de la dinámica de ALaire.
Allí nos saludamos, conversamos y escuchamos las anécdotas o asuntos importantes que cada quien quiera compartir con el resto, mientras desayunamos juntas.
A su vez espacio de resolución de conflictos, el grupo trabaja la búsqueda de alternativas, se nutre de procesos de empatización y aprendizajes sobre el consenso.
En un segundo momento del círculo se organiza el día proponiéndose las actividades o talleres que se tiene interés desarrollar en ese día. De este modo, el aprendizaje surge de cada niñ@ en base a sus necesidades y curiosidad, extendiéndose al resto del grupo.
Cada día es diferente; lxs niñxs han de elegir qué hacer, con quién, cómo, cuando… y si participar o no en los talleres y actividades del día. Damos importancia central al desarrollo deljuego libre: que les permite asimilar sus vivencias y preocupaciones, desarrollar destrezas y aptitudes nuevas y les va abriendo campo a los diversos aprendizajes y necesidades propias de forma creativa; a la vez que respeta sus procesos internos y emociones.
Partimos por tanto de un aprendizaje ligado al espacio, a la curiosidad y necesidades individuales y colectivas; pues entendemos que aprender hacer referencia a la propia persona que aprende, sin la cual no habría ni educación, ni aprendizaje, ni desarrollo, ni posibilidad de enseñanza alguna y es algo que sucede todos los días y a todas horas.
Nadie puede aprender por nosotr@s y es que bajo esta perspectiva en que el conocimiento se construye como una red de interconexiones a la que puedes penetrar desde diversos puntos y trazar un itinerario propio; no hay mejor manera de introducirnos en ella que partir de las inquietudes propias. De este modo los aprendizajes se asimilan ligados a las emociones y necesidades del individuo.
El final del día y para no interrumpir la actividades que se están desarrollando, llega el momento del cuento, que desarrollan l@s adult@s o niñ@s y que marca el final de la jornada, y les ayuda a tener la referencia de que la jornada está acabando y por tanto las actividades deben irse concluyendo.