Acompañantes
El equipo de acompañantes de ALaire es un grupo vivo, entusiasta por su trabajo, amoroso y respetuoso con cada pequeña personita que acompaña. Enfrenta nuevos retos con mucha creatividad, la sonrisa como una bienvenida y que trabaja duro para hacer posible otra educación…
Su cohesión y sus ideas invitan a formar piña con las familias, con dosis de cercanía y alegría que nunca faltan.
Tiene la riqueza de la multidiversidad de tres acompañantes con formaciones muy variadas en filosofía, música, educación infantil, psicopedagogía, inglés, francés, danza, portugués, educación ambiental, magisterio de primaria, educación sexual, intervención familiar y psicosocial… con la maternidad y paternidad como crecimiento por descubrimiento
Y una insaciable curiosidad por aprender de forma autónoma sobre el aprendizaje, la alimentación, las relaciones interpersonales, viajar, ecología, nuestra tierra, sobre cómo construir nuevos espacios para el aprendizaje, nuevos proyectos de educación, las emociones, el cerebro, el cuerpo, el movimiento, el teatro, el comportamiento, luchar por el mundo que queremos…
Un equipo unido que se nutre de las famlias y l@s niñ@s del espacio, para crecer ALaire
Acompañemos a los niños en su crecimiento sin decirles por dónde es mejor que crezcan. De veras que no lo sabemos.
La creación de diversos ambientes preparados es una oportunidad para conectar con las necesidades infantiles a través de nuestra escucha activa, pero también para reconectar con nuestra creatividad y con nuestra visión lúdica de la vida; recordando que la vida es juego, es alegría y es apasionante
Como primer paso con el acompañamiento, cuida de ti. Escúchate y manténte conectado con tu cuerpo, atendiendo tus necesidades básicas y cuidando de tu propia alegría vital”
(Cristina Romero)
Creciendo al lado de lxs niñxs, “acompañemos sus necesidades, sus demandas, sus ideas y sus locuras…
Confiemos en su sabiduría y permitamos que ellos no desconfíen de sí mismos. Y estemos atentos a cuando estamos estirando de ellos hacia donde a nosotros nos interesa, pues ahí está nuestro miedo, no su carencia